miércoles, marzo 21, 2007

Un frasco de mermelada


Hoy es un frasco de mermelada, pero en verdad no es relevante, porque ayer fue una barra de chocolate y el domingo, un pote de helado.
Siento que el retrato de mi hija que está enfrente de mí me mira con extrañeza, sin entender qué es lo que ahogo entre bocado y bocado. Porque, seamos honestos, qué tantas frustraciones puedo querer ahogar en un mar de azúcar y carbohidratos.
Antes era distinto. Antes estaba sola, no tenía planes, mi trabajo me desagradaba y parecía que arruinar mi facha era un castigo merecido a mi mala suerte o a mis malas decisiones, o a las dos cosas. Pero ahora, con motivaciones y motivos, no hay nada que explique esta compulsión de tragar una tras otras las cucharadas de mermelada de duraznos, apenas paladeando la textura de la fruta, sintiendo ese calor bochornoso del exceso de dulce y medio recordando que, se suponía, debía bajar de peso y no aumentar, como ciertamente sucederá luego de engullir 200 grs de algo que no necesito.
Esta soy yo y no lo soy a la vez. Una de mis internas me pide a gritos que siga tragando, y la otra me empuja al baño a vomitar. Debí nacer en el renacimiento y posar para Rubens, o al menos en los 60 y actuar en alguna de las bobas películas de Elvis, calzaría mejor...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

DEBERIA SER VERDAD ESA FRASE: LA GORDURA ES PARTE DE LA HERMOSURA JAJAJA PODRIA VOLVER DE NUEVO ESA MODA DE SER GORDITAS, AUNQUE YO COMO A DESTAJO TODO LO QUE SE ME DA LA GANA Y NO ENGORDO TANTO, AUNQUE TE DIRE QUE YA NO SOY LA MISMA DE ANTES...
KIMY

Clo dijo...

ansiosa??

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