viernes, junio 29, 2007

Pecados capitales. N°4 Pereza

Adoro abandonarme a la pereza, pero a la pereza mental...
Hace un tiempo leí a Nataliailatan algo así como que era una mujer esforzada en lo que le interesaba, pero en lo demás se dejaba estar. Me refiero a ese tipo de pereza.

No soy de las que se pase el fin de semana en pijama y viendo tele, y la Cata no tiene qué ver en eso, porque antes de tenerla tampoco me gustaba. Y físicamente me muevo harto, me encanta caminar, bailar me encargo de la mayoría de las tareas domésticas de mi casa (aunque en este momento el Juanma me tiene raja!!).
Pero me encanta pasarme una mañana o una tarde entera rebotando por sitios de internet o jugando naipes. O salir a caminar concentrándome en cada pisada que doy y en cómo se mueven las nubes.
Cuando me encargan alguna pega y digo cuánto me voy a tardar, regularmente el interesado se asombra porque encuentra que soy taaaan rápida; cuando en verdad cuento con que el 60% del tiempo voy a estar dándome vueltas inútiles, porque mi cabeza funciona muy rápido y tecleo casi como secretaria.

En la facultad era bastante perezosa también. En mis ramos estrella me iba el descueve y todo el mundo me pedía el cuaderno; y en todo el resto abusaba de que no me exigían asistencia y que la nota de presentación era una simple referencia y aprobaba los exámenes con 20% de asistencia o menos, y 3 blancas o, con algo de suerte, con una colorada. No era estudio, era otro juego.

No tengo más qué decir. Ya me cansé.

martes, junio 26, 2007

Pecados capitales. N°3 Lujuria

Que contradictorio que una católica observante crea que un pecado es atractivo. Es lo que pensé justo antes de escribir la primera frase que tenía en mente: creo que éste es el más atractivo de los pecados.
Me refiero a que no sólo se trata de placer, pues la verdad es que personalmente la pereza y la gula también me resultan placenteros, sino que da lugar a los recuerdos más entretenidos, más guardados e incluso más distorsionados por el cerebro, entre los años, la culpa y la razón.

Me inicié sexualmente a los 19, con un chiquillo dulce y tierno que era virgen igual que yo; alguien me había advertido que era una mala idea, que sería un bruto preocupado sólo de sí mismo en su satisfacción y en su exploración, pero no fue así. Fue delicado y cariñoso al punto que nunca dejé de pensar de que elegí muy bien "mi primera vez", aunque muchas veces acabamos tirando totalmente incómodos en el auto de su viejo y hasta de noche en una playa. Nuestro pololeo no duró tanto, así es que digamos que con él, además de perder la virginidad, sólo atisbé lo que después serían descubrimientos de mi sexualidad en pareja. Porque la verdad es que ansiedad sexual era algo que me sobraba desde como los 11 años, así es que de mi cuerpo sabía muchas cosas por mí misma.
Luego que logré superar a mi Juanca (igual me costó, mucha emocionalidad de por medio) vino mi muy agradable proceso de sana promiscuidad. La personificación de la lujuria durante ese periodo se la llevan dos personajes: el que fue mi pololo de adolescencia, al que había pateado a los 13 años por fresco y que resultó ser un profesional absoluto - su frase típica era: yo sirvo pa' una sola cosa, así que mejor me aprovechas... y era cierto! - y un tipo que conocí por ahí, creo que en la práctica, que tenía polola mientras yo también y que se me metió entre cejas (y algunas otras cosas) un día que me confesó que se masturbaba pensando en mí... oh! no me ofendí! me sentí halagada! (en el fondo soy harto suelta, pero dicen que aún a los hombres chilenos les gustan las que en el salón son damas, en la cocina son madres y en la cama son putas)
Para ser honesta, desde el '95 hubiese vivido para puro tirar, pero había que estudiar y trabajar y ser buena gente, entre otras cosas, para tener minos con quiénes tirar. Eso me recuerda que el muchacho éste al que no me acuerdo cómo conocí, una vez me dijo que yo era la primera mina decente que conocía a la que le gustaba tanto el hueveo; hasta el día de hoy no sé si eso fue un piropo o una ofensa

El final de la historia debiera ser lo que ya he contado en otras oportunidades: que conocí a un tipo con el que por 6 meses estuve sólo porque nos llevábamos bien en la cama y que de a poco nos fuimos conociendo, nos enamoramos y un día decidimos estar juntos para siempre, pero el proceso previo a la firma de la libreta fue un poco largo y a veces tortuoso, así que entre medio hubo también una que otra aventurilla; pero en verdad creo que sólo dos ameritan mención.
El primero fue el reencuentro con un chico con el que fuimos compañeros en la básica, con quien fuimos pololos de palabra ya que nuestra máxima osadía fue tomarnos de las manos en 7° básico; entonces nos vemos un día y de puro saludarnos el aire se pone caliente. Fue terrible, era pura tensión sexual y nada más, pero duró lo que duraron los preámbulos: tres veces que coincidimos en lugares en los que sólo era posible un manoseo intenso entre besos absolutamente ahogados. El día que por fin pudimos estar juntos todo se apagó, parece que fue la idealización potenciada por el tiempo lo que generaba tanta pasión. Por cierto, él fue la constatación empírica de que el tamaño no era tan importante...
El segundo es lejos el más pecaminoso, porque no fue una aventura, no fue un polvo loco, de hecho casi trunca lo que hoy es mi vida. Conozco a un tipo porque acompaño a un amigo a una reunión a la que no debo ir y acabo involucrándome con él, que está a semanas de irse a vivir con la polola mientras yo hago planes de casarme. Es miércoles o jueves, en verdad no recuerdo, pero el viernes tengo que viajar por el día a la V Región a trabajar, donde almuerzo con mi mino, y a la vuelta en el bus coordino con él para la noche. Por cosas "de mujeres" no podemos tirar esa noche, pero hacemos todo lo demás. Empiezan las llamadas calientes, llegamos a vernos 2 ó 3 veces a la semana, incluso a la hora de almuerzo; hablamos de todo pero igual terminamos en la cama cada vez que nos vemos. Y me gusta, me gusta en serio, pero sobre todo me gusta cómo me toma, cómo me besa, cómo me mira... No me acuerdo si conversamos acerca de dejar las cosas así o la proximidad de nuestros respectivos compromisos (oh! el ya vive con su mina!) nos lleva a un status quo de distancia. Hasta mi despedida de soltera, en la que me regala otra noche de sexo pleno. Ya sé que te sentiste en el fondo porque no te mencioné entre mis hombres, pero está claro que no puedo nombrarte!!! Con esto igual entras al salón de la fama, o no?

Y bueno, luego tuve que cumplir mi palabra: me caso y me chanto - me casé y me chanté. Por suerte para mi pecaminoso cerebro, mis pecaminosas piernas y muchas otras pecaminosas que tengo, me casé con un especimen altamente recomendable entre las sábanas, en la mesa de la cocina, en la tina, en el muro de la entrada, en el sofá...

No sé cómo redondear esto para que no queden puntos suspensivos. Y encima en este momento tengo la cabeza llena de amantes

miércoles, junio 20, 2007

Pecados capitales. N°2 Gula

Otra vez me enfrento a una reacción más visceral que permanente.

Debo reconocer que me encanta comer, es un placer en todo el sentido de la palabra, pero en verdad he mutado un poco con el transcurso de los años...

Mi familia de origen (papás y hermanos) sobrevivió con lo justo, a veces un poco más y a veces un poco menos, por lo que, durante mi infancia, la austeridad era norma también en la mesa. Habían eventos especiales para los que se cocinaba, preparaba, compraba y comía como si al día siguiente nadie fuese a amanecer... Quizás ese fue el comienzo... Hasta mi cumpleaños N°8, mi papá compraba un cabrito (o un cordero? no recuerdo) e invitaba a toda la familia, así es que, después de la torta y la leche con chocolate, hacían fuego en medio tambor de aceite y hervían papas, batían mayonesa, picaban apio y paltas, mientras llegaban mis tías con bebidas de esas de 1 litro en botella de vidrio y una que otra chuica de pipeño. Y así nos pillaba a todos el domingo, con el ombligo hacia afuera.

El paso siguiente fue mi ingreso a la enseñanza media. Nunca antes manejé plata, y ahora tampoco era mucha, porque en realidad mi "mesada" era el equivalente a los pasajes escolares de ida y regreso de la semana. Así que empecé a caminar de ida y vuelta al colegio, para tener un par de monedas con las que comprarme un doblón, o un sapito; si juntaba la plata de media semana, me alcanzaba para una porción de papas fritas a medio camino. Pensar que de golosa fue que empecé a caminar y aún no paro...

De alguna manera llegué a 1995 y empecé a trabajar. 100 lucas mensuales para mí sola, porque mi viejo se obcecó en que no podían acostumbrar los gastos de la casa a otro sueldo que se iba a terminar cuando yo preparase mi examen de grado. Y resultó que buena parte de esas lucas fueron a parar a las arcas del Tip-Top, con mi naciente obsesión por las trufas de chocolate, y de Los Pollitos Dicen, con los kilos de papas fritas que comimos la secretaria del estudio y yo. Gracias a los nervios que me provocaron los últimos dos años de carrera, parece que no aproveché en nada toda la grasa y carbohidratos que comí esos meses, y luego vino el estudio para el grado y la consecuente pobreza que evitó la escalada de comida chatarra.

La gula vuelve en gloria y majestad el 99, cuando llegué a trabajar a la inmobiliaria. Buen sueldo, ricas sandwicherías vecinas y una oficina para mí sola me hicieron adicta a los ave italiana que vendían en Cruz del Sur con Apoquindo, y, sumado a la sedentariedad que me regaló mi pega "de oficina", en 4 meses tuve la celulitis que en 25 años no tuve... En ese tiempo, comer era gula total porque era sólo compulsión. Podía ser dulce o salado, caliente o frío, vegetariano o de proteínas, daba lo mismo... pa' dentro. Encima, Rodrigo se vino a vivir a Viña mientras yo seguía en Santiago, así que 3 noches a la semana estaba con mis amigas Janita y Pachi comiendo canapés de champiñones y tomando vino tinto en el Café Escondido o pidiendo barros luco y cevezas a domicilio para la oficina; de cuando en vez, una chorrillana en La Chimenea y 2 jarras de borgoña en el Bahamondes (el 777 no cuenta, fuimos una sola vez y ni siquiera lo pasé bien).

Cuando dejé de trabajar, luego de 8 meses asentada en Viña, vino lo peor. Pobreza y ansiedad da como resultado gula a secas. Podía comerme el tarro de cola cao con azúcar, o hacer una docena de panqueques y dejarle 2 al Rodri, y si me salía una constitución de sociedad o un juicio era peor, porque la mitad de la plata terminaba en Burguer King.

Por fin llegué a mi estado actual en marzo de 2003, cuando decidimos que al año siguiente trataríamos de embarazarnos. La pesa y el espejo gritaron con desesperación que, si quería ser una madre responsable de verdad, tenía que mirar mis platos, así es que, manteniendo la filosofía de "comer por placer", decidí dejar de comer por comer y sólo empocharme con cosas que me gustasen en verdad. Y armé lo que hasta el día de hoy es la minuta de esta casa, tan llena de contradicciones como la vida misma... muchas verduras crudas con lomo vetado, tortillas de espinaca con puré de papas (con mucha mantequilla y leche entera!!!), frutas crudas junto a helados de San Francisco de Loncomilla, leche cultivada descremada y una barra chica de chocolate...

De veras no creo que este sea MI pecado capital, pero al recordar mi historia frente a la comida, creo que sí está en el catálogo diario. No hay conclusiones.

lunes, junio 18, 2007

Pecados capitales. N°1 Envidia

Comienzo una serie que no sé si voy a terminar. Y ni siquiera la comienzo por mi peor pecado capital, sino por el que me invade en este preciso momento.
Está claro que existe una serie de eventos inventados por el medio y por los medios, que en la vida real pueden o no tener significación, entre ellos, los días de la madre, el padre, los abuelos, el niño... En mi familia de origen (padres y hermanos) se optó por darles una significación, claro que relajada: rellenábamos croissants comprados en una pastelería que no sé si aún existe, con crema pastelera o mermelada, preparábamos churrascos con tomate y mayonesa casera y el festejado recibía tarjetas, algunas compradas, otras hechas a mano (según la edad del emisor) y a veces un cassette, un cd en los últimos años, o un póster del cantante preferido o de su último concierto. Por eso me carga junio y los días que rodean al 19, son días en que los odio y los envidio a todos porque ya no tengo mi día del padre con mi Juan.
La verdad es que soy una mala envidiosa, porque es un sentimiento que no me fluye naturalmente: envidio a los que tienen a sus padres para el día del padre y a las minas acinturadas, todo el año (jajaja, es ridículo pero es cierto!!!). Sí soy buena envidiosa porque, cuando me fluye, envidio casi con odio.
Ahora estoy enojada no sé con quién pero sé por qué. Me da rabia que hayan tantos hijos peleados con sus padre por puras huevadas. Me da rabia que se haya muerto mi viejo cuando hay muchos que les han cagado la vida a sus hijos y no se merecen haberlos tenido.
Ayer fui a ver a mi taita al cementerio y eso me dio algo de paz. Todos los días y a cada momento hablo con él, nos parecemos tanto que puedo oir sus consejos cuando los necesito; pero aún así, cada cumpleaños, cada aniversario y cada día del padre necesito el contacto físico que ya no voy a tener y por eso la envidia me come.
VIEJO DE MIERDA, EN QUÉ ESTABAS PENSANDO CUANDO SE TE OCURRIÓ MORIR!!!! es lo único que no voy a poder perdonarte. Pero la triste y tonta realidad es que cada día de mi vida, de los pasados y de los que vienen, sigo esperando que me abraces otra vez. En una vida llena de cosas buenas, eres de las mejores que me ha pasado; no puedo imaginar un mejor padre para la pendeja que fui. Sabías que hasta mis amigos te extrañan?
Me gustaría saber si te sientes orgulloso de mí, si piensas que estoy haciendo las cosas bien, y me convenzo de que así es aunque nunca, nunca lo voy a saber, así que por lo pronto te digo que yo sí me siento orgullosa, de llevar tu apellido, de ser, aún para algunos, "la hija de Juan Pizarro", de tener parte de tu carácter y hasta de poder culparte de algunos de mis defectos, como la constante necesidad de motivación y la tendencia al cebolleo... y es en honor a eso que entre mocos y lágrimas en mi cabeza ha sonado, desde ayer, Juan Gabriel, que hoy te canto

Obligo a que te olvide el pensamiento
pues siempre estoy pensando en el ayer
prefiero estar dormido que despierto
de tanto que me duele que no estés.
Cómo quisiera
que tú vivieras
que tus ojitos jamás se hubieran cerrado nunca
y estar mirándolos
Amor eterno
e inolvidable
tarde o temprano estaré contigo
para seguir
amándonos...

jueves, junio 07, 2007

y dale con que las gallinas mean...

la mayor parte del tiempo me importa un huevo que la gente tenga una imagen distorsionada de mí; incluso mis amigos. porque, seamos honestos, si la gente necesita "hacerse" una imagen de alguien es porque en realidad no la conoce lo suficiente, entonces capaz que no nos una amistad sino simple afecto, que no es lo mismo
particularmente en el último año he hecho un esfuerzo por no desconcentrarme en comentarios sin destino, y así mantener las energías para dedicarme a lo que me importa de verdad y que depende de mí, pero como que me anduve choreando, así que aclaremos algunas cositas...

SI MI MUNDO REAL ES DISTINTO A TU MUNDO REAL, QUE CHUCHA DE CULPA TENGO YO!!! es cierto, tengo una amable vida burguesa en un lindo barrio de viña del mar, mi marido es médico y puede mantenerme (las lucas que gano no me las tiro encima, son para el proyecto común; pero si dejo de producir, todo sigue funcionando), tengo una hija sana y divertida, yo estoy sana y espero el hijo que quería esperar para este año; mis viejos se amaron mientras mi papá vivió (yo creo que lo siguen haciendo, pero las cosas del otro mundo pa otro rato pls), me llevo bien con mi vieja, mis hermanos y yo nos queremos y nunca peleamos por plata, tengo amigos sinceros y no interesados, nadie en mi círculo más estrecho ha quedado esperando guagua en situación crítica, nadie es adicto a las drogas y por ahora no hay ningún enfermo de cáncer en mi familia. pero me parece ridículo que tenga que sentirme mal porque tengo buena estrella y además me esfuerzo en que las cosas marchen bien!!! mantener buenas relaciones con la gente supone esfuerzo de los dos lados, y yo siempre pongo de mi parte; está claro que eso ayuda a que lo demás se vea mejor. y, la dura, me afecta y me apena que a gente a la que quiero sinceramente no le vaya tan bien, pero la frasesita de que yo no tengo idea de los problemas de la vida real ya la oí más de 10 veces y me tiene caldeada

ME CASE POR OPCION. SOY MAMÁ POR OPCION. Y NO LO DECIDÍ POR EL RELOJ BIOLÓGICO NI POR SEGUIR CONVENCIONES SOCIALES. soy católica y además soy mujer de leyes, creo en las reglas. si decidí casarme fue porque entendí que era mi forma de decirle a mi partner que no quería volver a despertar sin ver su cara a mi lado y que quería hacerme viejita con él, y lo pasé la raja en mi fiesta de matrimonio y no me arrepiento de las lucas que nos gastamos en eso... con los regalos que nos hicieron, nos armaron la casa igualito que si no hubiésemos celebrado en grande y hubiésemos comprado nosotros; y bailé, comí, tomé y me besuquearon, regaloneraron y bendijeron tanto que me hicieron feliz. y si soy mamá es porque nací para eso, me aguanté por años esperando el momento adecuado en nuestra relación de pareja y no hay nada que me haga más feliz que mi hija y el pirigüín que está escondido entre mis rollitos

NO ESPERO QUE LA GENTE CREA EN LO QUE CREO NI PIENSE COMO YO. si comparto lo que siento acerca de política, de Dios, de la familia, de la justicia, no estoy tratando de convencer a nadie, sólo estoy compartiendo lo que pienso. y me va si alguien no está de acuerdo, cada quién es libre de pensar lo que estime conveniente. yo criaré a mis hijos en lo que crea correcto y, cuando estén más grandes, tendré que morderme la boca si están en desacuerdo conmigo (aunque tendrán que fundamentar respuestas, no para convencerme, sino para demostrarme que están pensando y no repitiendo lo que acaban de oir en otro lado)

NO NECESITO UNA CARRERA BRILLANTE Y FAMOSA. estudié porque había que hacerlo y elegí una carrera que me acomoda, que me permite trabajar medio tiempo y ser mamá de tiempo completo (en palabras de Paz, soy abogada por hobbie) y mientras esa sea mi ocupación principal, tener un diplomado, un magíster, un postítulo, una segunda carrera, entrar en la fiscalía o a la sudamericana de vapores, me importa un rábano

SOY DUAL, Y QUÉ TANTO. me encanta gastar plata, pero tengo conciencia social. ahorro luz, agua potable y no tengo auto, pero usé pañales desechables con la Cata y los usaré con el Juanma. en mi casa ando sin zapatos y con cueva me encrespo las pestañas, pero cuando tengo que trabajar o un evento, me produzco más que la bolocco. soy fiel con esfuerzo sobrehumano: no me fluye, quisiera tener aventuras con el 15% de los hombres que conozco, pero me aguanto por perseverar en mi opción. un día almuerzo feliz una ensalada de atún y al día siguiente me atoro con un sahne-nuss. veo una belleza nueva y después la biografía de george michael o "the 101 most..."

SI SE SUPONE QUE SOMOS AMIGOS, TENGO EL MISMO DERECHO QUE TÚ PARA HACERTE VER LO QUE CREO QUE ESTÁ MAL. si critico a alguien que quiero, no es porque esté estresada de mi vida, porque tenga problemas en el trabajo, porque dormí mal o porque estoy aburrida. lo hago pensando en poner de manifiesto algo que me parece que está mal. por eso, la respuesta adecuada es decirme que le acomoda cómo son las cosas y que es una lata que me moleste, es una pendejada tratar de convencerme que son los estrógenos que me ponen a hacer show por huevadas. yo acepto las críticas en una discusión: no se trata de sentencias, se trata de puntos de vista

uy, parece que estaba enojada... ya me siento mucho mejor

martes, junio 05, 2007

Tu risa

Te miro despertar por las mañanas y, cuando abres los ojos, claro y risueños, sé que todo va a estar bien. Te cargo hasta el baño, te arreglo, volvemos a tu dormitorio y, mientras tomas tu leche, te miro con detalle otra vez: tu frente amplia, tu nariz chiquita, las margaritas que se hacen en tus mejillas cuando te detienes para sonreirme...

Hace tiempo que no te digo cuánto significas para mí. Tu existencia es la motivación de la mía y, si me faltaras, sé que tendría que sacar fuerzas de dónde no las hay para seguir viviendo; pero no me faltas, estás a mi lado, te ríes, me haces preguntas graciosas.

A veces no puedo creer que apenas 4 años atrás no estabas a mi lado. Suelo preguntarme cómo me las arreglé para ser feliz sin tus caricias, sin tus besos y sin tu afán de devorar el mundo tomada de mi mano. Y en verdad, antes de tenerte, sí era feliz, sólo que de otra manera; ahora siento que sólo puedo ser feliz contigo. Sé que tarde o temprano te irás de mi lado, por una u otra razón, y créeme que lo entiendo; por eso mi afán de explotar cada día como si nunca más pudiese verte de nuevo.

Ahora sabes por qué cada noche me quedo abrazada a tí hasta que te duermes; por qué puedo mirarte durante horas sin decir una sola palabra; por qué para tí tengo la paciencia, el tezón y la razón que no tengo para nadie más. Porque te amo, hija, y en lo que me queda de vida no habrá un sólo día en el que deje de hacerlo.

lunes, junio 04, 2007

Más parecido a un diario de vida que nunca antes

Estoy súper cansada. El domingo 27 mi hija empezó con un cuadro febril sin causas que nos tuvo en vilo hasta el miércoles, en que la temperatura bajó tan mágicamente cómo se fue. Y ese mismo miércoles yo inicié un cadro gripal como nunca había tenido, con dolor muscular en todo el cuerpo, mareos, inapetencia, que ya el jueves me tenía volando en fiebre y totalmente disfónica. Hoy me siento mejor porque ya no tengo fiebre, ni me duele la cabeza y ayer comí normalmente, pero estoy hecha de mocos y aún tengo la garganta y las cuerdas vocales para la historia.
Me agarré del moño con mi mejor amigo y creo que otra vez no estamos conversando, cada uno está hablando solo, porque la interacción de las ideas es algo así como cero.
Tengo pega atrasada que de mirarla, aterra, y mi casa está desordenada y a medio limpiar.
Y quisiera escribir, algo que a lo mejor no sea tan interesante, pero que al menos sea entretenido, pero tengo la cabeza llena de conciencia que me dice: "Mary, trabaja, déjate de hueviar".
Creo que vuelvo la otra semana.