martes, septiembre 23, 2008

como yo hablo y hablo de mis hijos, sin pausa, con veneración, declarándome enamoradísima de ellos, me preguntaron si estaba enamorada de mi esposo
hace unos meses atrás hubiese contestado que sí vehemente, lo que no pasó esta vez. no es que no esté enamorada, es que estoy en un replanteamiento general de mi vida.
un día me senté conmigo (ya saben, esquizofrenia es mi segundo nombre) y me di cuenta que en mi vida todo tenía su lugar: mis hijos, mi esposo, mi mamá, mis hermanos, mi trabajo, mi casa... pero no vi mi propio lugar.
como soy una chica esencialmente racional, hice un balance y noté, con orgullo y alegría, que no tenía ni una pizca de arrepentimientopor haberme dedicado preferentemente a la maternidad y la familia, simplemente era lo que tenía que hacer para mi serenidad espiritual. pero también noté que ahora sí necesitaba un lugar para mí, y comencé a construirlo lentamente.
cambié algunas costumbres domésticas que existían en pro de los demás y no eran tan beneficiosas para mí. tuve la fortuna de recibir una muy buena oportunidad de trabajo. bajé un poco de peso y puse algo más de cuidado en mi apariencia. me reencontré con gente querida a quienes había perdido.
en ese proceso, lo que más gané fue seguridad. los ajustes y cambio hasta acá han sido menores, pero mi percepción de mi misma mejoró exponencialmente...
lamentablemente hubo efectos secundarios, porque mi partner resintió esta recuperación de seguridad mía y comenzó a mostrarse él algo inseguro. y eso es un problema, porque yo necesito admirar a mi pareja y esa inseguridad, desconocida hasta ahora, le restó brillo.
a eso se sumó una nueva visión del pasado reciente. nuestra relación siempre ha tenido un componente crítico, no somos el tipo de pareja que se solace en su perfección, sino que tiene mucha conciencia de las limitaciones y defectos del otro. y en todo este jaleo me di cuenta que ese argumento mío de que siempre será el hombre de mi vida, porque con él me proyecté y con él construí, en realidad no es tan preciso, porque quien ha puesto más de su parte y ha renunciado sucesivamente a una y otra cosa he sido yo... o sea, lo que hemos soñado y lo que hemos logrado tiene más de mío que de nuestro.
le he dado mil vueltas a la pregunta y a la respuesta. creo que en realidad el sentimiento por él no ha cambiado, al menos no radicalmente, pero el asunto es que el sentimiento por mi misma necesariamente cambiará todo mi mundo, y quizás ese amor que sentía como imperecedero, potente e incondicional tenga muchas más limitaciones de las que yo creía.
por un rato dejaré de pensar. ya veremos qué siento mañana

No hay comentarios.: