viernes, abril 27, 2007

Escasa seriedad de los acuerdos tácitos

Sorprendente. Esto estaba en calidad de borrador desde mayo del 2007. No está terminado y no lo voy a terminar. Nada más lo publico xq me recuerda a mí misma cómo cresta fue q mi matrimonio se fue a la mierda y encima es tremendamente actual.
Ná po. Lo releeré de vez en cuando

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Llevo varias semanas pegada en preguntas del tipo ¿hablo en chino? o ¿de dónde saqué (sacaste) eso?... ése es el origen de la entrada sobre los discensos y la capacidad de discusión y lo es también de ésta.
Usamos tan poco el lenguaje... me siento a la vez incomprendida y incomprensiva... otra vez estoy maneada con la falta de atención que prodigo y recibo, y con la consecuente tergiversación permanente de la forma en la que se maneja la cotidianeidad con mi partner, mi vieja, mi amiga-hermana y mis socias.
Una de las desagradables conclusiones es que miento, porque con la moderación de mi iracundo carácter, mi lenguaje corporal y expresivo da cuenta de impresiones radicalmente distintas a las que tengo. En ese escenario, no podría decir que no me atienden, tendría que decir que no me adivinan. Será por eso tan valorada en algunos círculos la honestidad descarnada y la espontaneidad? el problema es que, en mi caso, esos atributos me llevarían a la insolencia y la agresividad, y eso no puede ser bueno. De ahí deviene la segunda desagradable conclusión, y es que lo "conveniente" es que no deje de mentir. Oh!!! me dio asco!!! más que el que me dan las náuseas del nuevo embarazo!!!
Después no vienen conclusiones, sino interrogantes. Hay personas con las cuáles puedo ser honesta, pero luego de transmutar ira en aire (respirando como practicante de yoga, hasta que me mareo de tanto oxígeno en el cerebro) y creo que sólo un par con las que puedo ser honesta con toda espontaneidad, sin temor a que surjan rencores insalvables, y en que ambos entendemos que la posible violencia en la reacción no nace de la falta de respeto, sino de la preocupación mutua, del afecto infinito y de la aceptación plena del otro. Ah, y está mi hija, con quien tenemos una compenetración sorprendente (siempre dicen que las niñitas son más del padre, pero esta chiquilla tiene un corazón para cada quien...) y no existen exabruptos de enojo, de pasión, de risa o de angustia que no podamos compartir de manera instantánea; pero dejemos a la chica de lado, que ella es el más importante proyecto de toda mi vida y sería terrible que tanto esmero, amor, energía, dedicación y bla bla bla fueran inútiles.
Volviendo a las interrogantes,

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