sábado, mayo 05, 2007

Al niño, niño

Cuando sea grande, mi niño, viva
la simple geometría de una caricia
Cuando sea grande, mi niño, ande la tierra
respire el aire, no la tormenta
Cuando sea grande, cuide su estrella
no es tanta la distancia entre usted y ella
Cuando sea grande, más grande, ame a los niños
no sea esquivo con los humildes
Y baje lunas hasta la tierra porque el siglo que comienza
es para el sur
y alégrese planeta confundido, que el futuro es de los niños aún

Tengo 10 semanas de embarazo y han sido tan distintas a las 10 primeras semanas de la Catalunya... A estas alturas, llevaba un diario de emociones y sensaciones para que ella las conociera de grande, había llorado con cada foto que le había tomado (mi partner es ginecólogo, no necesito orden ni bono para hacerme ecos) y día a día entraba a una página de internet que me describía los avances y cambios de mi pequeño milagro. Con este peque es muy distinto, porque su hermana me ocupa, preocupa y re-ocupa, y además he tenido los mareos, náuseas, vómitos y cansancio permanente que con ella nunca tuve, así que por primera vez ayer tuvimos una pequeña charla, nuestro protocolo de acuerdo.
Mi corazón me dice que eres un niño, aunque claramente podría equivocarme; de todos modos no es relevante. Lo que inunda toda mi sangre es el amor y la ansiedad con la que te espero, porque te he buscado desde hace mucho, te he esperado durante toda mi vida y la razón por la que nací es para tomarte entre mis brazos.
Debes saber que, cuando me enamoré de tu padre, fui inmensamente feliz. Cuando prometimos estar juntos para siempre, el corazón me creció un poco y fui aún más feliz. El día que nació la Cata, creí que el pecho me estallaría y fui más feliz de lo que había imaginado. Y ahora, que sé que vienes, me doy cuenta que no importa el tamaño de mi pecho, siempre mi corazón podrá crecer un poco más y podré amarte con la misma fuerza con la que amo a tu papi y a tu hermana y podré ser todavía más feliz.
Te espero, hijo. Y te prometo algo. Aunque espero que pongas de tu parte en crecer, en nacer y en vivir, aún cuando no lo hagas, yo te amaré intensamente y de todos modos. Y cada día de mi vida haré lo posible y lo imposible por darte la mejor vida que puedas tener, para que valga la pena que salgas de ese nido tibio, seguro y apacible en el que hoy creces.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

hay amiga que lindo lo que escribiste!!! me pregunto si algun dia llegare a ser madre y a sentir ese amor tan grande por alguien que cresca dentro de mi.
que lindo es si, saber lo feliz que eres a pesar de lo mal que te has sentido con tu embarazo.
te deseo toda la suerte del mundo.
kimy.

alma.verde:. dijo...

me emocioné un poco, debo decirlo. no pa llorar, claro, pero si una cosita en la guata.
sabes que es como medio envidiable que alguien pueda sentir ese tipo de amor, según yo, es el tipo de amor más gigante que existe, y el único que no tiene condiciones, uno debe amar a los hijos sean como sean y salgan como salgan... creo yo, y sobretodo porque es uno mismo quien se encarga de encaminarlo en los primeros pasitos en este mundo raro pero lindo que nos lleva.
yo recien tengo veinte años, pero aún así, a casi todas las mujeres alguna vez se les ha pasado por la cabeza tener un hijo...a todas menos a mi jaja...no se por qué, debe ser porque soy de esas personas medio narcisistas incapaces de imaginar que pueda llegar algo que derribe por completo mi egocentrismo, como lo haría una cosa chica que te derrita con una mirada, pero tiempo al tiempo, como siempre digo, prefiero dejar que la vida me sorprenda, allí radica la magia.
por cierto, muchas gracias por tu comentario, a eso venía...
:*